Las páginas de cualquier libro son para leerse, mirarse, gritarse. Porque alguien tuvo la necesidad de arrancar de sus propias venas cada palabra que luego son comunicadas en un libro. Es así como, el pueblo de Atlas en Valparaíso observo la vida de Abigail Clayton, a medida que el tren se iba construyendo, lo observo mientras el infame marido decía que la cuidaba pero solo la maltrataba. La voz de Abi fue rescatadas de esta dura vida por Francisca Solar en su libro Los ultimos días de Clayton y Co.
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